Un año más, Prosur ha renovado las certificaciones BRC e IFS con la valoración más alta posible (Grado A y Higher level respectivamente). Esto no ha sido sino el resultado de dos importantes factores, en primer lugar, el compromiso de la empresa para lograr la máxima excelencia en la elaboración de sus productos y, en segundo lugar, la inversión en nuevas instalaciones y maquinaria.

BRC (British Retail Consortium).

El certificado BRC es uno de los modelos más difundidos internacionalmente en distribuidores y supermercados para evaluar a sus proveedores. La norma BRC nació en respuesta a la demanda de poder garantizar que los proveedores cumplan con ciertos requisitos de seguridad alimentaria. El certificado es popular en los mercados de la Commonwealth y en mercados asiáticos.

IFS Food Standard. La Unión Federal de la Asociación del Comercio alemán (BDH) y la Federación del Comercio y la Distribución francés (FDC) crearon el certificado IFS con el objetivo de crear una referencia común en materia de seguridad alimentaria. Otros países europeos como Austria, Bélgica, Holanda e Italia apostan también por este modelo.

Además de garantizar la seguridad alimentaria para el consumidor, la exigente norma IFS, controla el nivel de calidad de las instalaciones y procesos de fabricación y gestión de los fabricantes. Las empresas que obtengan la certificación demuestran un alto nivel de profesionalización.

Ambas son reconocidas internacionalmente e incluyen un conjunto de estándares aplicables a proveedores y fabricantes en materia de seguridad y calidad alimentarias garantizando también el cumplimiento de obligaciones legales y proporcionando el máximo nivel de protección a sus clientes.

Estas certificaciones, unidas a la ampliación de las instalaciones e inversión en nuevas y moderna maquinaria ayudará a Prosur a abrir nuevos mercados, así como a su consolidación en los ya presentes.